El estilo gótico, se fue consolidando con lo que restaba de las grandes tradiciones romanas y las nuevas técnicas de los llamados "bárbaros'', tomando en cuenta que todavía estaba muy fuerte el sentimiento de volver a lograr aquel antiguo esplendor que Roma había tenido.
Al igual que el románico, el estilo gótico se manifestó principalmente en la arquitectura, y dentro de esta, las iglesias y catedrales, con fines de adoctrinamiento y exaltación de los valores religiosos que se convirtieron en los “Evangelios de piedra”, pues narran con pinturas, estatuas y vitrales escenas bíblicas.
Sin embargo, la arquitectura gótica es infinitamente más complicada que la románica. Corresponde a una época llena de entusiasmos religiosos y de riqueza material.
En la arquitectura románica o en la bizantina la estructura es un medio necesario para llegar a un fin artístico, se halla escondida tras una ornamentación de pinturas o estucos y muchas veces todo el edificio no es sino un andamiaje para exhibir grandes frescos y mosaicos. De la arquitectura gótica puede decirse exactamente lo contrario. La decoración está subordinada al dibujo que forman los elementos estructurales, los nervios de las bóvedas y los fustes sustentantes, por ejemplo, que son en primera instancia funcionales.
Por otra parte, la estructura del edificio adquiere una dignidad estética desconocida hasta entonces. La maravillosa precisión, por ejemplo, con que se cortaban todos los bloques y se colocaban en la bóveda gótica sin dejar juntas irregulares que hubiera que ocultar, sugiere no sólo una técnica de ejecución perfecta sino también un gusto nuevo y un aprecio del sistema tectónico.
Este nuevo estilo representó un progreso técnico considerable en relación al estilo románico, es decir, mucho mejor. Los arcos de medio punto se afinaron para transformarse en arcos ojivales que facilitaron la construcción de altas catedrales, con sus torres que realmente parecen rascar el cielo, y el peso de la construcción descansaba en estructuras como pilares esbeltos, bóvedas de crucería que permitieron cambiar los gruesos muros, los macizos contrafuertes del románico fueron reemplazados por columnas adosadas. Todo esto implicaba que se pudieran construir edificios altos con inmensos vitrales que llenaban el interior de luz exterior.
De este modo fue como el austero estilo románico dio paso a este nuevo estilo arquitectónico en el cual la luz y lo monu

CLAUDIA GUERRA